miércoles, 5 de noviembre de 2008

La evolucion de los besos y los abrazos

Por Gabriela Britos

''Muchas veces nos preguntamos qué nos hace humanos. Incluso afirmamos que determinadas cualidades positivas como la ternura, la empatía o la bondad son intrínsecamente humanas. Pero estas cualidades no aparecieron de la nada, sino que debieron de aparecer poco a poco en el transcurso de la evolución''

Estudiando a nuestros parientes evolutivos más cercanos quizás podamos entender mejor este tipo de comportamientos y su aparición evolutiva.

Comparados con los amorosos bonobos, los chimpancés han sido representados frecuentemente como una especie violenta y egoísta. Ambas especies son nuestros parientes evolutivos vivos más cercanos y con frecuencia representan los dos extremos del comportamiento humano. Pero esto no es del todo cierto.

Se ha realizado un estudio que muestra que el comportamiento de los chimpancés no es tan duro como se pensaba, éste es el primero en demostrar los efectos del consuelo entre chimpancés.

Se han analizado cómo se comportan estos simios después de una pelea, encontrando que terceros individuos tratan de consolar a la “víctima” mediante el acicalamiento, los abrazos y los besos.
Según afirman los investigadores, y a diferencia de otros estudios, en éste se demuestra la relación entre el consuelo y la reducción del estrés, mostrando el potencial para la empatía de los chimpancés en oposición a su célebre comportamiento agresivo.

Los simios son los únicos primates que muestran consuelo y se ha especulado que este comportamiento es quizás equivalente a lo que en niños humanos se denomina “preocupación compasiva”.

El primatólogo Frans de Waal dice que el comportamiento de los niños que tiene preocupación compasiva es idéntico al que muestran los simios. Según él este estudio es importante para aclarar esta cuestión, porque sugiere que la función de este comportamiento en chimpancés es similar a la que cumple en humanos, que es consolar a los otros.

De la misma manera que los humanos nerviosos se rascan o se llevan las manos a la cara, cuando un chimpancé se encuentra en una situación estresante frecuentemente recurre al autoacicalamiento y se rasca. Estas acciones se dan con cierta frecuencia, pero cuando un chimpancé no agresivo entra en escena el simio agitado detiene sus movimientos nerviosos.

Curiosamente el estudio encuentra además que los simios con una relación mutuamente beneficiosa entre ellos tratarán de calmarse uno al otro.Es decir serían como “amigos” y no como individuos con los que simplemente se comparte tiempo. Estos “amigos” se ayudan unos a otros en las peleas, comparten recursos limitados como la comida y colaboran en general.

Uno de los más controvertidos asuntos de la antropología moderna es si los animales pueden sentir empatía.

Además de un comportamiento altruista, nuestros antepasados evolutivos podrían haber tenido cierta empatía. Según él los efectos calmantes del consuelo es uno de los puntos a partir del cual podemos saber más de las habilidades empáticas de los animales. Waal añade que este estudio elimina una duda que existía sobre si el consuelo proporcionaba alivio o angustia después del conflicto.

Según él se probaría que en chimpancés consolar es efectivamente una expresión de empatía.

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